viernes, 18 de octubre de 2013

La solidaridad entre los cubanos



Desde hace mucho tiempo pensaba escribir sobre la solidaridad entre los cubanos, o lo que de forma muy natural llamamos "tenderte una mano". Pero por esas cosas de la vida en las que uno comienza a dar prioridad a asuntos importantes, aunque no esenciales, lo fui dejando. Sin embargo, hoy quiero reflexionar sobre ese tema.

En Cuba se suele afirmar, "nadie quiere a nadie, se acabó el querer", estribillo además de una canción que el grupo los Van Van popularizó por los años 80. Pero, ¿hasta qué punto eso es cierto? ¿Hemos cambiado tanto que nadie quiere a nadie?. A mí en lo personal la frase siempre me ha parecido un poco fuerte. En lo que sí concuerdo es que nuestra sociedad está cambiando como proceso natural. Para nada las sociedades son entes inamovibles, sino que al contrario están en continuo movimiento y responden a acontecimientos, escenarios y pautas que nosotros mismos vamos marcando. 

Hay que estar claro que dentro de ese fenómeno debemos ser cuidadosos en salvar normas y principios elementales. Por ejemplo, en mi casa me enseñaron como norma general que nadie es superior a otro; en ese sentido mi abuelita semi analfabeta siempre me decía: "hija a las personas no se les valora por el color de la piel, por la riqueza que posea o por su preferencia sexual, a la gente se le mira a la cara y se le valora por la gentileza del alma o lo que sean capaz de enseñarte"; el otro principio de mi abuela era, "agradece eternamente a la persona que te ayuda sin preguntar ni pedir nada a cambio"; el tercero, "respeta a las personas mayores y escucha siempre lo que tengan que decirte,  las canas no son por gusto"; y el último principio: "se solidario por naturaleza,  que ningún remordimiento agobie tu alma y tu pensamiento".

De ese precisamente soy una fiel seguidora y defensora. En los últimos tres años de vida he tenido que enfrentarme a acontecimientos fuertes como fue la enfermedad de mi mamá, la operación de cáncer de papi, hospitalización de mi hijo y enfermedades mías propias. En todo ese tiempo siempre sentí el apoyo de un amigo, el conocido, aquel que con el que apenas hablas, pero que se enteró de tu problema y te sacude por los hombros y te dice que ahí está él para cualquier cosa; o el más reciente, el regaño cariñoso de un vecino que se acaba de enterar que estás hospitalizada y no entiende por qué no se le aviso antes. Ese mismo vecino que te repite varias veces, "hija pero para que somos cubanos", "aquí estamos para ayudarnos".

Resulta de verdad muy tranquilizador saberte en la cama de un hospital en el fin del mundo, con gente de otra cultura e idioma, pero tranquila de que tu esposo y tu hijo de tres años están siendo apoyados y atendidos por amigos que acabas de conocer y que te recuerdan "somos o no somos cubanos". Realmente soy una fiel desconocedora de cómo funcionan las sociedades en otras partes del mundo, pero desde el fondo de mi corazón les digo: amigos, conocidos, colegas, cubanos todos, gracias por mostrarme que somos el mejor pueblo del mundo!!!!!.   
























2 comentarios:

  1. Eso si es verdad, los cubanos nos apoyamos unos a los otros.

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  2. Hola

    Hoy solo vengo a presentarme oficialmente para invitarte a mi blog. Apenas estoy comenzando y busco amigos para compartir un poco de lo que hago. Si te gusta y me acompañas también tendrás un nuevo amigo, si así lo deseas.

    Saludos
    Jacob K

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